Arcoiris

 

Vuelta a Conectándonos

Hace ya unos siete años, viajaba yo en el tren subterráneo en Buenos Aires, camino a mi oficina, leyendo El Sutra del Corazón. Estaba en el párrafo que dice:

El conocimiento es la maldición, la calamidad, el cáncer. Es a través del conocimiento que el hombre se separa del todo. El conocimiento crea la distancia.

Te cruzas con una flor silvestre en las montañas, no sabes lo que es, tu mente no tiene nada que decir al respecto, la mente está callada. Miras la flor, pero ningún conocimiento surge dentro tuyo- hay asombro, hay misterio. La flor está allí, tu estás allí. A través del asombro tu no estás separado, tu estás unido.

Si tu sabes que es una rosa, una margarita o alguna otra cosa, ese mismo conocimiento te desconecta. La flor está allí, tu estás allí, pero ya no hay ningún puente - ¡tu sabes! El conocimiento crea la distancia. Cuanto más sabes, mayor es la distancia; cuanto menos sabes menor es la distancia. Y si tu estás en un momento de no saber, no hay distancia tu estás unido.

Casi al llegar al fin de ese párrafo, un pequeño arcoiris cruzó la página. No habría sido tan sorprendente si no fuera que me encontraba 10 metros bajo tierra en un túnel oscuro. Siendo bastante versado en ciencias, no me tomó mucho tiempo en encontrar la causa de tal fenómeno.

De pronto, cuando acababa de ponerle una etiqueta al arcoiris, el significado del párrafo que acababa de leer cayó sobre mi. Estaba tratando de analizar la naturaleza física del arcoiris, ponerle una etiqueta, un rótulo, encuadrarlo dentro de mi conocimiento, en lugar de dejar, simplemente, que estuviera allí - y admirarlo.

Sw. Satyam, Larkspur, California


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