Masto

 

Vuelta a Conectándonos

Que estaba diciendo?

“Estabas hablando acerca de Masto ... siempre llamándolo Masto.”

Masto, bien.

El era un rey, no un rey de barajas, ni siquiera un rey de Inglaterra, pero un rey de verdad. Se notaba a simple vista. No se necesitaba más para probarlo. Es extraño que él fuera la primer persona que me llamara “El Bendito”, Bhagwan.\nCuando el lo dijo, yo le dije, “Masto, acaso te has vuelto tan loco como Pagal Baba, o aún más?”

El dijo, “De ahora en más, recuerda, yo no te llamaré de otra forma que como te acabo de llamar. Por favor,” dijo, “déjame ser el primero, pues miles te llamarán ‘El Bendito’. Al pobre Masto se le debe permitir, por lo menos, ser el primero. Al menos, déjame tener ese privilegio.”

Nos abrazamos y lloramos juntos. Aquel día fue nuestro último encuentro; apenas el día anterior yo había tenido la experiencia. Era el 22 de marzo de 1953 cuando nos abrazamos sin saber que esta iba a ser nuestra última reunión. Quizás el lo sabía, pero yo no estaba consciente de ello. El me lo dijo con lágrimas en los ojos.

[...]

Masto debe haber sido un dios nacido en este mundo. Esa es la única forma de expresar lo hermoso que era. Y no es sólo por la belleza de su cuerpo, que era ciertamente bello. Yo no estoy en contra del cuerpo, yo estoy totalmente a favor de él. Yo amaba su cuerpo. Yo acostumbraba tocar su cara, y el me decía, “¿Por qué tocas mi cara con los ojos cerrados?”

Yo respondía, “Tu eres tan bello, y yo no quiero ver nada que pueda distraerme, así que dejo mis ojos cerrados .. así te puedo soñar tan bello como eres.”

¿Advierten mis palabras? , “así te puedo soñar tan bello como eres. Quiero que tú seas mi sueño.” Pero no era solamente su cuerpo lo que era bello, ni su cabello, nunca había visto cabello tan bello, especialmente en la cabeza de un hombre. Solía tocar y jugar con su cabello, y el se reía.

En una ocasión me dijo, “Esto si que es algo. Baba estaba loco, y ahora me ha dado un maestro que está más loco aún. Me dijo que tú tomarías su lugar, así que yo no puedo impedirte que tu hagas lo que quieras. Aún si tu me cortaras la cabeza, yo estaría listo y dispuesto para ello.”

Yo dije, “No tengas miedo, no te cortaré un cabello siquiera. En lo que se refiere a tu cabeza, Baba ya ha hecho el trabajo. Sólo el cabello queda.” Entonces, ambos nos reímos. Esto ocurrió muchas veces de muchas formas.

Pero el era hermoso, físicamente, y psicológicamente también. Siempre que yo estaba necesitado, sin preguntarme, para no ofenderme, el dejaba dinero en mis bolsillos. Ustedes saben que yo no tengo bolsillos. ¿Saben la historia de cómo perdí los bolsillos? Fue Masto. El acostumbraba poner dinero, oro, todo lo que pudiera, en mis bolsillos. Finalmente decidí abandonar la idea misma de tener bolsillos; eso tienta a la gente. O te cortan el bolsillo y se hacen carteristas o, muy esporádicamente, con un hombre como yo, se vuelven personas como Masto.

El esperaba hasta que yo me fuera a dormir. De vez en cuando yo simularía, como si estuviera dormido. Debía hasta roncar para convencerlo, entonces lo pescaría infraganti, con sus manos en mi bolsillo. Le decía, “Masto! Es esta la forma del sabio?” Y ambos nos reiríamos.

Finalmente abandoné la idea de tener bolsillos. Yo soy la única persona en el mundo que no necesita bolsillos en lo absoluto. De alguna manera, es bueno, pues nadie puede cortar mis bolsillos. También es bueno pues yo no tengo que cargar ningún peso. Alguien más puede hacerlo. Yo no necesito hacerlo. No he necesitado mis bolsillos por años; alguien se las ha arreglado en mi lugar.

Vistazos de una Niñez Dorada
Osho


Vuelta a Conectándonos