Zorba el Buda

Ahora que soy importante (ja!) la gente me hace preguntas, ¡como si yo supiera! No me voy a hacer el griego diciendo que sólo sé que no se nada, pero si voy a decir que, habiendo sentido lo que es un ser iluminado, si sé que todo el resto de nosotros sabemos más o menos lo mismo: muy poco. Cómo hacer un centro?, cómo lo hacemos nosotros aquí? Digo yo, que tal si como lo hacen en Puna, donde alguien que si sabía puso algo a funcionar.

Sin embargo, dada la oportunidad, me atrevo con una idea: alegría. Mucha gente ha conocido a Osho por libros. En países donde la economía nos ha castigado con la imposibilidad de vivir a Osho, muchos no lo conocen sino por libros, que parecen cosas demasiado serias.

Meditar no es solamente una cosa seria. Danzar también lo es, como bien nos lo recuerda Samarpan. O contar chistes con los amigos. Qué mejor que una buena carcajada. Si hay quien se toma en serio hasta la meditación de la risa! Quizás sea por la influencia de tantos curas, tanta misa y tanta penitencia. O el tango!

Zorba el Buda, de eso se trata, el equilibrio entre lo sublime y lo terrenal.

Por lo demás, puras reglas de convivencia: tolerancia y respeto. Por ejemplo, en la Comuna no se permiten las drogas. Eso es respeto hacia el lugar, pues podrían clausurar la Comuna, y hacia los demás, que podrían ser encarcelados. Fuera de la Comuna, cada quien es libre de llevar la vida a su gusto. Eso es tolerancia.

La única forma en que alguien se puede permitir ir más allá de sus temores y sus defensas y puede hacerse vulnerable, es en una ambiente de confianza, donde se sienta protegido. Osho se permitía sacudirnos y hasta escandalizarnos, romper totalmente con nuestros condicionamientos y estructuras, pero sabía lo que hacía como ninguno de nosotros puede saberlo y para ello había creado un 'budafield', un lugar donde uno se puede abrir, exponer a lo que le echen encima, donde se puede flotar en una atmósfera de amor, donde si se hunde, es por el lastre que uno lleva.

Satyam

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