Y el Ego Rugía

 

Vuelta a Conectándonos

Este último fin de semana de mayo, fuimos invitados Kantamita (mi pareja) y yo , para presentar a Osho y su trabajo con los sannyasins.

Había ahí gente de Alcohólicos Anónimos y seguidores de Krishnamurti. Fue muy interesante porque el primer día, uno de los líderes de Alcohólicos Anónimos, habló por más de una hora de su transformación, exponiendo cómo había sido rescatado del alcohol. Su ego cada vez era más grande, rugía desde el estrado y todo el mundo escuchando en silencio, porque se dice ahí en un pequeño cuadro "escuchar para ser escuchado". Con esto quieren expresar que el que habla en el estrado debe escucharse a sí mismo, esto para ver el ego.

En realidad, creo que nuestro líder en ningún momento se escuchó a si mismo pero, eso sí, se veía engolosinado. "Yo hice esto, aquello otro y hasta fui Presidente Municipal de mi pueblo. Por supuesto sigo siendo líder de un grupo de Alcohólicos Anónimos y ya llevo 15 años en esto y no hay nada mejor que ser dirigente para ayudar a mis hermanos caídos en desgracia… etc., etc." Luego habló su esposa con gran seriedad y nuevamente cooperó un poco más para agrandar aquel ego; "esposo mío, no te merezco, has crecido tanto…."

Al día siguiente me permitieron presentar a Osho y sus sannyasins en videos, luego unas explicaciones sobre el Maestro y su relación con nosotros, sus discípulos y al final una Meditación Kundalini.

Para entonces unos ya veían por primera vez, la posibilidad de crecer en verdad y armonizarse existencialmente con ellos mismos; otros no encontraban su centro, algo se les había movido. El siguiente día había aumentado el hambre de los asistentes y pedían más, y diez horas diarias de trabajo no saciaban su hambre.

Al final de este encuentro, todo el mundo estaba agradecido con nosotros, es decir con Osho a través de nosotros y, curiosamente, la gran mayoría querían continuar, a pesar de que tenían compromisos familiares casi todos. Ya para retirarnos, varias personas tenían mojados los ojos y sus rostros se veían transparentes.

Y ahora sí, en este final, el que decía que era dirigente de un grupo de Alcohólicos anónimos se dio cuenta, por primera vez, del ego que alimentaba; y su esposa, que había sido tan austera en todo el encuentro, ya que mucho de lo que veía y escuchaba no correspondía a sus creencias y costumbres, comenzó a llorar y continuaba llorando y abrazando a todos. Se había dado la catarsis y, como toda catarsis libera en alguna forma, se dio cierta transformación, en ese momento, lo universal estaba fluyendo en ella.

Como esta anécdota hay tantas en la vida de cada lector. Yo la expreso como la siembra sobre nosotros del amor del Maestro, y esto sucediendo cuando nuestros niños internos retozan en la misma vibración de Osho. "Somos flores en tu jardín, abriéndose …."

Sw. Anand Premal
Aguascalientes, México


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