¿Qué es Meditación?

 

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Mi respuesta fue cambiando durante el tiempo, usualmente citando tal o cual discurso de Osho, todo de la cabeza. Sin embargo, hace no mucho, me ocurrió algo muy lindo y desde entonces se convirtió en mi ejemplo preferido, pues me sale del corazón. Como Osho señala una y otra vez, nada es tan valioso como la experiencia vivida personalmente pues, quiérase o no, las citas de Osho me salen de esta cabecita loca, material de segunda mano, que le dicen.

Caminaba por estos maravillosos cerros del norte de California, cerca de mi casa. El sendero iba subiendo suavemente entre los bosques, ofreciendo en cada claro y cada recodo una hermosa vista del valle al pie del cerro, con la Bahía de San Francisco al fondo. Claramente podía escuchar el rodar de los automóviles en la autopista, a lo lejos. No es que fuera muy ruidoso; al mismo tiempo podía oír claramente el trino de los pájaros, el viento en las hojas, las lagartijas escurriéndose entre las hojas secas, pero la quietud era tal que aún sonidos lejanos como el de los autos se podían sentir como un suave murmullo.

Sin embargo, en ese momento no era conciente de ese ruido, tan leve y tan constante, prácticamente indiscernible. El camino se niveló y comenzó a bajar suavemente. Al poco rato, me detengo… algo había cambiado y no podía darme cuenta qué era. Veo a mi alrededor, miro detrás mío a ver si fue algo que se me hubiera caído. Entonces caigo en cuenta, lo que falta es el murmullo del tráfico. Al comenzar el descenso por el otro lado del cerro, la cumbre del mismo me escudaba del ruído.

El silencio, la ausencia de ese murmullo era tangible como una presencia, como si 'algo' se me hubiera aparecido delante mío.

De pronto, en la falda del cerro de enfrente podía escuchar las voces de otros caminantes y en el fondo del valle el rumor del agua en la quebrada, todo parecía amplificado, como si estuvieran allí nomás, como si pudiera tocarlo…

Y así siento que es la meditación. Pues nuestra mente está constantemente sometida al rumor permanente de las ideas y los pensamientos, apenas perceptibles, muy bajos, tanto que apenas nos damos cuenta que están allí. La meditación crea el espacio, ofrece la oportunidad, como esa caminata me la ofreció, de apartarse de ese murmullo constante y, de pronto, el silencio surje como algo tangible y es ahí cuando uno toma conciencia que ese murmullo no es uno y cuando se da cuenta de que es posible liberarse de él. Logrado esto, es posible comenzar a percibir otros sonidos, otros acontecimientos que ocurren también dentro de uno.

Sw. Satyam, Buenos Aires, Argentina


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