Las dimensiones del habla

Alguien dijo alguna vez, que uno no conoce su propia lengua hasta que no aprende otra. Así es como muchos lingüistas aprenden otros idiomas, muchas veces muy distantes de su lengua nativa o aquella que habría de ser su especialidad, Chino, Árabe, cosas bien raras. Así es como uno aprende qué cosas son universales y por tanto ponen de manifiesto ya sea necesidades base del proceso de comunicarse o estructuras mentales humanas básicas.

Por el contrario, las diferencias muestran cosas puramente culturales y, ocasionalmente puro azar. Por ejemplo, cuando nosotros nos referimos a tomar una decisión de la cual no hay vuelta atrás, solemos decir que 'quemó las naves' mientras en Estados Unidos dicen 'quemó los puentes'. Mientras que nosotros nos referimos a Hernán Cortés, ellos se refieren, probablemente, al General Sherman, que avanzó arrasando todo a su paso, en parte para que el enemigo no pudiera avanzar si se viera forzado a retroceder, pero en buena parte también para que sus mismas tropas no tuvieran más alternativa que avanzar o morirse de hambre en la retirada. Se me ocurre que más de un general se habrá visto en la misma encrucijada y haya hecho lo mismo, así que no me extrañaría que el dicho se remonte a la época de los romanos.

Mas adelante les comento otro ejemplo curioso, pero ahora me voy a precipitar a la conclusión, que es a lo que todos queremos llegar.

¿Por qué peregrinar a la India, a visitar gurúes y santones, por qué ir a visitar al ashram de Osho en Puna?. Al igual que uno no conoce su idioma hasta haber conocido otro, uno no se da cuenta de su forma de vida hasta que no conoce otras. Creo que una de las primeras cosas que me enseñó mi primer viaje a la India fue que hay más de un estilo de vida, y no estoy hablando de pequeñas diferencias de matices sino de extremos que antes no hubiera concebido.

Cuando uno está buscando un cambio en su vida, si no puede concebir más que una pequeña gama de alternativas, es muy difícil hacer el salto a un estilo diferente. Cuando uno cree que ciertas costumbres son propias de la naturaleza humana, qué mejor que ver otros humanos para los cuales esa costumbre es inconcebible para darse cuenta qué fácil puede ser abandonarla.

Es como si de pronto uno dejara su pequeño refugio, bien conocido y protegido, y fuera empujado al 'todo lo demás'. En el tumulto es muy posible que se pierda y no pueda volver a su pequeño mundo, y si el 'shock' no es muy fuerte, es posible que hasta lo disfrute!!!! Como que de pronto uno se viera atrapado en una 'escola do samba'. Culturalmente uno podrá negarse a participar, digamos, recién salido de la oficina, vestido de saco y corbata y con el portafolios en una mano y el celular en la otra, o podrá ponerse a sambar!

Uno podría pensar que lo que es bueno para los Indios no necesariamente es bueno para uno. Qué mejor, entonces, que ver cientos de sannyasins occidentales adoptando y adaptando alternativas de vida para demostrarle que uno también es libre de decidir la suya propia. he dicho

Y ahora la historia lingüística postergada.

En chino, la mayoría de las palabras tienen muy pocas sílabas, una o dos, raramente más. Eso limita muchísimo la cantidad de combinaciones posibles de sonidos para formar palabras. Sin ir más lejos, en la oración precedente, hay un promedio de dos sílabas y media por palabra. En Chino, el promedio de sílabas por palabra debe andar en 1,5.

El chino, sin embargo, tiene otra dimensión que nosotros no usamos y, al menos a mi, ni siquiera se me había ocurrido que existiera. Y al decir dimensión lo digo en el mismo sentido en que lo dicen los matemáticos y los físicos, o sea, una 'dirección' en que algo se puede mover independientemente de las otras dimensiones.

Vamos a un caso concreto. En el espacio hay tres dimensiones, alto, ancho y profundidad. Una cosa puede ser más o menos profunda sin variar sus otras dimensiones. En castellano, nosotros tenemos muy pocos sonidos. Los franceses utilizan muchos mas sonidos, combinaciones de vocales que dan sonidos intermedios. Estos, sin embargo, no constituyen otra dimensión pues son, simplemente, más puntos intermedios dentro del espectro de sonidos posibles.

Me contaron de una gramática India publicada hace casi 5000 años donde el autor reconoció los orígenes de los distintos sonidos, las combinaciones de soplidos, chasquidos, posición de la lengua, los labios y los sonidos base de las cuerdas vocales y encontró combinaciones que no existían en su idioma, a las cuales ubicó correctamente en su tabla y le puso símbolos. Así pues, el sánscrito tiene símbolos para sonidos que no existen. Eso, básicamente, es completar huecos dentro de una misma dimensión, la de los sonidos. Algo así como lo que es la tabla de Mendeleiev a la química, que por extrapolación predijo la existencia de elementos que aún no habían sido encontrados.

Los acentos si son otra dimensión, como también lo es el ritmo. Ambos pueden variar independientemente el uno del otro y del sonido. Uno puede leer el mismo texto en forma monocorde o darle realce con una buena entonación y transmitir una vivencia totalmente distinta a la audiencia.

La tonada o pronunciación también son otra dimensión pero no aportan información a lo que se está diciendo. Una vez que alguien me escucha hablar y ubica mi tonada porteña ya obtuvo toda la información que podía obtener de ella. De allí en más, el que yo siga hablando con mi tonada no agrega ni quita nada a lo que esté diciendo.

¿Para qué sirve una dimensión extra? Da espacio. Imagínense que uno está en un pasillo estrecho y largo. Apenas se puede ir de adelante hacia atrás y se acabó, es como si fuera un espacio 'unidimensional'. Vuelquen una de las paredes para poder desplazarse lateralmente y las posibilidades se multiplican tremendamente. Y si lograran cumplir el sueño de volar como las aves, se les abriría aún otra dimensión más.

Los chinos 'cantan', por eso suena tan curioso. Al hablar hacen cambios en el tono, de grave a agudo o viceversa. A los turistas nos dan el ejemplo de la palabra 'ma' que, para nosotros no ofrece más que una alternativa. Ellos tienen cuatro alternativas de entonación, ir de grave a agudo, de agudo a grave, mantener un mismo tono o ir de grave a agudo y de vuelta a grave. Así pues, la misma palabra puede querer decir madre, caballo, un insulto o algo más que ahora no recuerdo (creo que 'mesa').

Y no estoy hablando de lo que ocurre con la palabra 'llama' que puede ser del verbo llamar, hacer referencia al animal o a la llama de una hoguera. 'Llama' suena exactamente igual cualquiera sea el significado. En el caso de los chinos, los cuatro significados de la palabra 'ma' suenan distintos. Y, además, se escriben con símbolos totalmente diferentes.

Si no tuviéramos lengua y labios para formar los sonidos, si nuestras cuerdas vocales sólo pudieran emitir el sonido 'a', ¿cómo sería un lenguaje que sólo dependiera de cambios de tono?

A veces pareciera que nuestras vidas no son más que un sonido monocorde y nos conformamos con ellas porque desconocemos que afuera hay toda una sinfonía.